Cuadros

Esta fue la primera obra obtenida con la técnica de superposición de imágenes, la conseguí después de muchas copias y ensayos.

El efecto de la visión de la fotografía vista de cerca hace que las imágenes pequeñas se identifiquen, perdiéndose la imagen general y al contrario el efecto de la visión de la fotografía vista de lejos hace que se pierdan las pequeñas imágenes, adquiriendo la foto general su protagonismo.

Una cartulina negra con las ventanas recortadas me sirvió para alojar las 16 impresiones de las imágenes pequeñas, sobre el mismo papel fotográfico, más una impresión general para todo el papel fotográfico ya sin la cartulina de las ventanas.

En el 2004, en la feria de ARCO, Joan Foncuberta, presento una obra realizada con un programa informático, que básicamente está basada en esta misma idea.

Segunda obra realizada con la técnica de la obra “los huevos”, quizás más conseguido el efecto buscado que en la obra anterior.

Esta obra totalmente diferente a las dos primeras de esta serie trata de explicar la evolución de las cosas. Una silla se gira en si misma hasta alcanzar una evolución de 360 grados.

La silla la herede de mi abuelo materno.

Colgada con hilos finos, la fotografié en todas las posiciones en que la iba girando, posteriormente trate los negativos con película de alto contraste, eliminando o tapando el resto del escenario, por último, realice cinco tiras con las imágenes ya colocadas en su giro, estas tiras de imágenes en negativo se copiaron por contacto dando así lugar a la obra final.

Esta obra es técnicamente similar a la de “La silla”, en esta ocasión partí de dos negativos de árboles tratados con película de alto contraste.

Lo que persigue esta obra es que se pueda leer en dos sentidos; del centro hacia afuera y de afuera hacia el centro.

La lectura del centro hacia afuera podríamos interpretarla como que partiendo de una degradación podemos llegar a la recuperación de lo destruido.

La lectura desde el extremo hacia el centro nos da una lectura totalmente diferente, partiendo de la abundancia podemos llegar a la sequía más absoluta.

Es cuestión de elegir cómo la queremos ver.

Si viéramos una arandela con una lupa y nos moviéramos a su alrededor alejándonos y acercándonos podíamos descubrir algo similar a lo representado en esta obra, es un juego de imágenes.

Realizada con técnicas absolutamente fotográficas.

Sólo he realizado dos obras consistentes en una secuencia fotográfica, esta es una de ellas, lo que quiere transmitir está implícito en la evolución de las imágenes.

La degradación es en principio algo que tenemos que asumir por nuestra propia naturaleza y de las cosas en sí mismas.

El grito es como la respuesta a una nueva vida desconocida. El huevo como una analógica del vientre materno, encuadrado por líneas blancas que parcializan la escena.

Hacen que esta obra nos genere cierta inquietud.

Los pies y las manos forman un jeroglífico, dando base a la cúspide de un templo donde se concentra la vida que a su vez es su razón de existir.

La familia crece y se expande normalmente hacia afuera y a veces hacia dentro.

Otra obra de secuencia fotográfica. Quise transmitir la idea de lo temporal, de la nada a la nada.

Es una serie de cuadros. Fue muy fácil caer en la representación del tablero de ajedrez, fijándose bien en los cuadros negros hay una pistola que mata.