Esta serie fotográfica del 1988 está a mitad de caballo entre la fotografía y la escultura efímera destinadas a realizar las diferentes fotos. Las realice a base a tierras de diferentes colores recogidas en las cercanías de Valladolid.
Esta serie fotográfica del 1988 está a mitad de caballo entre la fotografía y la escultura efímera destinadas a realizar las diferentes fotos. Las realice a base a tierras de diferentes colores recogidas en las cercanías de Valladolid.
Los diferentes colores de las tierras se transformaron en gama de guises en blanco y negro que forman las imágenes de las composiciones. Un elemento real hace de hilo conductor necesario en toda la serie.
Podríamos enmarcar esta serie en la corriente de “pensar, montar y fotografiar”, yo diría fotografiar con la mente.
Realmente es una serie realizada con la intención de recrear escenas a través de una representación que siempre tuvo la intención de ser efímera, utilizando la fotografía como notario de la escena que se representaba.
Las tomas de toda la serie, las hice con una cámara de 9×12 recién diseñada y construida por mí, con la ayuda inestimable de mi buen amigo Agustín Pescador.
Confieso que realice alguna diapositiva en color, pero el resultado no tiene nada que ver con las de blanco y negro y deseche realizar más.